Guía Las Terrenas

Las Terrenas, el futuro de la Península

La historia de un pueblecito de pescadores dominicanos

Las Terrenas es un pequeño pueblo ubicado en la península de Samaná, en la República Dominicana.

De Sánchez, la subida de la Loma hacia Las Terrenas es ruda. Y en la cumbre, se ofrece a nuestros ojos un panorama asombroso, desde el Cabo Cabrón hasta el Cabo Francés, una inmensa bahía de aguas de un azul-verde profundo, bordeadas de playas picadas de cocoteros.

No dude en pararse un poco. Comprenderá entonces porque los Indios Taínos habían elegido establecerse en la región y porque, algunos siglos después, Franceses por la mayor parte montañeros de origen, cansados de las eternas nieves, dejaron sus bultos en este pequeño rincón de paraíso terrestre y construyeron ahí sus casitas.

Guía Las Terrenas

No tardaron en emular y poco a poco, surgieron de la tierra pequeños hoteles, restaurantes y bares, tiendas.
Alcanzados ya por Belgas, Suizos, Quebequeses, son hoy más de 2000 francófonos y la escuela francesa escolariza mas de 120 alumnos…

Ya esta bastante lejos el tiempo del pequeño pueblo de pescadores, muchas veces apartado del mundo, cuando la pista que lo unía a Sánchez (asfaltada solamente desde 1989), era impracticable.

Hoy, Las Terrenas es una estación balnearia que puede complacer por igual a los que quieren compartir vacaciones en familia y los que quieren festejar entre amigos, los deportivos y los que quieren descansar, los adeptos del Sea and Sun y los trotamundos …

Las Terrenas es un pueblo horizontal, escondido entre las matas de coco, beneficiario de playas salvajes las más seductoras del país, con un ritmo de vida indolente y activo a la vez.
Flota en el pueblo una atmósfera muy particular, que se insinúa muy sutilmente. Se siente bien, es bueno vivir ahí. Una especia de planeta a parte.

Se siente una armonía, una verdadera ósmosis, digamos la palabra, entre la población dominicana y la pequeña comunidad europea. Es que los nuevos conquistadores (o por lo menos la mayoría de ellos) no se parecían en nada a los ariscos compañeros de Cristóbal Colón; ellos, lo que querían antes todo, era gozar de la vida y de una naturaleza encantadora.

Los Europeos trajeron con ellos su sentido de la organización, su genio de emprender, su modernidad. En cambio, recibieron de los Dominicanos su arte de gozar de la vida cultivando la indolencia y el adicionamiento. Y cada uno encontró lo que quería. Y es verdad que en Las Terrenas, es impresionante ver esta armonía entre las dos comunidades.

Bueno volvamos a tierra, nada es perfecto, allá o en otro lugar. El la noche, ver los bares y restaurantes del Pueblo de los Pescadores (se le llama así todavía).

Y quizás pensara que no ha viajado 8000 km para eso.Pero si se cansa de escuchar hablar francés, suba la calle Duarte, mas allá de la calle Mella, allí se encontrara en República Dominicana.